Una empresa proyecta un aeropuerto privado en la Ribera para compañías de bajo coste

Levante-EMV
Una prestigiosa consultora aérea de Madrid ha realizado un informe preliminar para conocer la viabilidad que tendría la construcción de un aeropuerto en la comarca de la Ribera.
Teresa Albendín, Alzira
El aeródromo sería de propiedad y gestión privadas, aunque para el uso público general, especialmente para vuelos de bajo coste. Tendría una superficie mínima de 5,5 millones de metros cuadrados y la inversión estimada para el desarrollo de la infraestructura supera los 323 millones de euros, según se detalla en el estudio al que ha tenido acceso Levante-EMV.
El emplazamiento escogido para el aeropuerto, que se denomina de Alzira, se extiende a través de cuatro términos municipales: Alzira, Benimuslem, Massalavés y Alberic. Su ubicación se encuentra delimitada por el triángulo que forman la autovía A-7, la CV-550 y la CV-50. El aeropuerto se proyecta, preferentemente, para que sirva de base para líneas aéreas de tráfico regular (nacional e internacional), y también para líneas de tráfico chárter, así como para aviones de negocios y helicópteros. También se prevén otros usos complementarios, como que sirva para escuelas de vuelo. El aeródromo ha sido diseñado para su desarrollo en tres fases. En caso de salir adelante el proyecto, se prevé que comience a funcionar en 2011.
El incremento de la demanda de los viajes aéreos y el hecho de que muchos aeropuertos se vean desbordados ha propiciado que el sector privado se interese por este tipo de infraestructuras. Así, en el informe se justifica que la iniciativa privada ve un “hueco económico” atractivo para la promoción de un nuevo aeropuerto en las cercanías de las zonas turísticas de la Comunitat Valenciana, que “complemente las actuales infraestructuras, atendiendo la demanda insatisfecha de compañías de aviación regular o chárter, especialmente las de bajo coste, y que mejore las facilidades para la aviación privada”. El estudio, redactado entre noviembre y diciembre de 2007, incide en el hecho de que los operadores turísticos y las compañías aéreas de bajo coste intentan evitar caros y largos desplazamientos entre las zonas turísticas y los aeropuertos que utilizan y para ello mantienen los precios de los paquetes ofrecidos sobre la base de recurrir a aeropuertos secundarios con menores tasas y mayor flexibilidad.
El informe preliminar diseñado por la consultora madrileña describe todas las instalaciones que se construirían en el aeropuerto, en base a un estudio que recoge las estimaciones de tráfico del mismo. Para la fase inicial, se propone la construcción de una pista con una longitud mínima de 2.400 metros y una anchura de 45 metros, con márgenes o arcenes de 7,5 metros, debiendo de tener una zona de parada, en cada cabecera, de 75 metros.
Para el estacionamiento de aeronaves se planea una superficie mínima de 100.000 metros cuadrados. En esta zona se incluirían cuatro puestos en fingers (pasarelas por las que se accede directamente a los aviones) y seis puestos en remoto para aviones grandes, tres puestos para aeronaves de carga, treinta puestos para aviones de negocios, sesenta para aviación general, trabajos aéreos y enseñanza y diez puestos para helicópteros.
Mantenimiento de las aeronaves
La torre de control se diseña con cuatro plantas operativas principales, la última de ellas será la sala de control de tránsito aéreo. El aeropuerto incluye una base de suministro de combustible y una zona industrial para el mantenimiento de aeronaves. La terminal de pasajeros para vuelos regulares se diseña en un edificio de dos plantas. La superior será la de salidas y tendrá dos vestíbulos, uno de pre-embarque con diez mostradores, y otro de embarque que tendrá ocho puertas.
Se proyecta una zona, como mínimo de seis mil metros cuadrados, para el estacionamiento de los vehículos de los viajeros, así como para coches de alquiler, que tendría una capacidad superior a las 1.500 plazas.

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